Andrea Cova Moore
Un tornado en Puerto Varas encendió las alertas de las autoridades. Expertos explican su presencia en el país y detallan las acciones necesarias.
La tarde del domingo se registró un evento que conmocionó al país: un tornado en Puerto Varas dejó 19 personas heridas y afectó a 250 viviendas. Actualmente, la comuna se mantiene bajo alerta roja debido a este fenómeno meteorológico. La Dirección Meteorológica de Chile (DMC) lo clasificó como de grado EF1, lo que en la Escala Fujita Mejorada corresponde a ráfagas de viento que oscilan entre los 138 y 178 kilómetros por hora.
El climatólogo y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Raúl Cordero, explica que, aunque poco frecuentes, los tornados sí ocurren en Chile, especialmente en esta época del año y en la zona centro-sur del país. Por ello, señala que “no es extraordinariamente sorprendente que hayamos tenido un tornado”.
Sin embargo, respecto al rol del cambio climático, el experto advierte que “aún no está claro si este fenómeno está aumentando la frecuencia o intensidad de los tornados. Estudios realizados en países donde son más comunes, como Estados Unidos, sugieren que el número de tornados por brote está en aumento, pero no necesariamente la cantidad anual de eventos ni su intensidad”.
En la misma línea, Francesca Machiavello, geógrafa, magíster en Economía de Recursos Naturales y Medio Ambiente, y académica de la carrera de Administración en Ecoturismo de la Universidad Andrés Bello, precisa que Chile ha experimentado históricamente tornados de diversa magnitud: “Uno de los más recordados y devastadores fue el ocurrido en Concepción en 1934, clasificado como F3, que dejó un saldo de 27 fallecidos y más de 500 heridos”, comenta.
“Esta escala se basa en el nivel de destrucción e intensidad del fenómeno, y va del F0 al F5. Más recientemente, en 2019, se registraron múltiples tornados en menos de 24 horas en las regiones de Ñuble y Biobío, con un saldo de un fallecido, decenas de heridos y cientos de viviendas destruidas. Estos eventos han llevado a las autoridades y a la comunidad científica a reconocer que los tornados representan una amenaza real en el país”, añade.
A pesar de su baja frecuencia en comparación con otros desastres naturales, como terremotos o tsunamis, los tornados en Chile se registran desde principios del siglo XX. “Casos documentados en ciudades del sur demuestran que estos fenómenos no son exclusivos de esa zona, aunque sí se concentran mayoritariamente en el centro-sur”, comenta la experta.
Desde su perspectiva, la preparación del país frente a tornados sigue siendo limitada, tanto a nivel institucional como ciudadano. “Recién en los últimos años, tras eventos como los de 2019 y 2025, Senapred ha comenzado a incorporar protocolos y recomendaciones específicas en su sistema de gestión de emergencias. Sin embargo, persiste el desafío de integrar estos fenómenos en la educación formal, realizar simulacros, fortalecer la infraestructura y los sistemas de alerta temprana en las zonas más vulnerables”.
Zonas más propensas y medidas a implementar
Paula Santibáñez, directora del Observatorio Climático de la Universidad San Sebastián, señala que el tornado que afectó a Puerto Varas fue el resultado de una combinación poco frecuente, pero posible, en el sur de Chile: “Una intensa baja presión formada en el Pacífico suroriental se desplazó rápidamente hacia el continente, empujando aire cálido y muy húmedo desde el océano hacia el interior. Este aire cálido en superficie se encontró con aire mucho más frío en altura, generando una atmósfera altamente inestable, condición clave para la formación de tormentas severas”.
Al igual que los otros especialistas consultados, Santibáñez precisa que, si bien los tornados no son frecuentes en Chile, el sur del país —particularmente entre las regiones del Biobío y Los Lagos— concentra la mayor parte de los eventos registrados, incluyendo casos en Los Ángeles, Penco, San Carlos y Toltén. Por ello, aunque inusual, no es completamente inesperado que ocurra un tornado en Puerto Varas.
Para la académica, es fundamental que las autoridades fortalezcan los sistemas de monitoreo meteorológico mediante la inversión en radares Doppler, aún escasos en el país, ya que estos permiten detectar vientos rotatorios en tiempo real dentro de las tormentas. También subraya la importancia de emitir alertas tempranas más precisas y accesibles, utilizando un lenguaje claro, canales digitales, y coordinando con radios locales y municipios, especialmente en zonas rurales.
Asimismo, destaca la necesidad de capacitar a los equipos de emergencia (Senapred, bomberos, municipios, servicios de salud) en protocolos de actuación frente a tormentas severas, colapsos estructurales y evacuaciones rápidas por viento. Propone, además, incluir el riesgo de tornados en los Planes Comunales de Emergencia y en la planificación territorial, en especial en las zonas donde ya se han documentado estos fenómenos.
Respecto a las medidas para la comunidad, recalca que es esencial “saber reconocer signos de alerta como nubes oscuras, cielos verdosos o vientos arremolinados; contar con un plan familiar de emergencia, saber dónde refugiarse, tener linternas, agua, documentos importantes y celulares cargados. Siempre se debe buscar resguardo en espacios interiores alejados de ventanas, y nunca permanecer al aire libre o en vehículos durante una tormenta intensa”.
Fuente: Emol